Por Esperanza Fernández Valdera. Graduada en Pedagogía y Opositora.
Hola
me llamo Esperanza y soy Pedagoga.
Desde
el principio nos encontramos con la dificultad de explicar qué somos y qué
hacemos. Nadie nos conoce ni nos identifica. En cambio, si me defino como
orientadora, no hay ningún problema, cuando sólo un pequeño porcentaje de
nosotros trabaja en el campo de la orientación.
La
Pedagogía es la ciencia que estudia la Educación a lo largo de toda la vida, no
sólo la etapa escolar. Y los pedagogos y pedagogas son técnicos que planifican,
ejecutan y evalúan los programas educativos.
Desde
mi perspectiva, el origen de este desconocimiento es debido a que el peso que
tiene la educación en algunas sociedades carece de importancia. ¿Sabíais que en
Finlandia la persona que se sitúa en la cima de la pirámide laboral son los
pedagogo/as? Es algo irónico, pues es la educación la ciencia de las personas,
la ciencia que mueve el mundo.
Y llegamos a clase como pedagogos y pedagogas en potencia, alumnos ansiosos, preparados para impregnarnos de conocimientos y demostrarle a los demás todo lo aprendido; pero nos topamos con la realidad. Nos encontramos con mucha información, pero no toda la que deberíamos, ni las herramientas adecuadas para trabajar con esa información, por tanto, una formación e información insuficientes e inadecuadas por diversos motivos.
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Una imagen de Amely Jaldin Vargas. |
Y es que, una gran parte de profesionales, no todos, se centran en que aprendamos su asignatura, conceptos, teorías, etc.; pero no en cómo llevarla a la realidad, en cómo encontremos la utilidad de todo ese conocimiento. Esto tiene mucha relación con la incoherencia entre cómo nos enseñan y cómo nos dicen que enseñemos. Se habla de muchas opciones en el proceso enseñanza-aprendizaje, de diferentes metodologías de enseñanza y evaluación, de otras alternativas que no sea “jugártela todo” a un examen. ¿La realidad? La realidad es que se sienten cómodos en el método tradicional, es lo más fácil, lo conocido.
No
obstante, a lo largo de mi formación he conocido a grandes profesionales.
Personas que se han preocupado por conocer nuestras necesidades y, a veces, por
saber el motivo cuando llegábamos frustrados. Profesionales que nos han llevado
más allá de aprender en las aulas, más allá de la pizarra y del pupitre. ¿Habéis
expuesto algún trabajo haciendo teatro? ¿Quién no ha pensado en dormirse ante
una presentación en power-point? Somos formadores de formadores, es nuestro
trabajo y responsabilidad ofrecer una enseñanza de calidad confiada en
profesionales de la educación y lograr un óptimo aprendizaje, captando la
atención de nuestros estudiantes y cubriendo sus demandas.
Así
pues, es la Pedagogía una ciencia esencial en nuestras vidas. Reconozcamos el
mérito y la labor que desempeña. Démosle la importancia que se merece, comencemos
en las aulas, así contaremos con grandes profesionales para conseguir grandes
logros, desde infantil, primaria y secundaria, hasta los niveles mayores. Vivimos
en el siglo XXI, arrastremos ese pensamiento innovador y transformador a todos
nuestros contextos. La escuela puede y debe ser un sitio apetecible, divertido;
un espacio impregnado de ganas de aprender, sobre todo, de ganas de enseñar.
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